También recuerdo cómo llegaron a decirle a mi madre cómo había cometido semejante pecado, y ella contestaba, ¿yo? ha sido ella la que ha querido, además está bien guapa mi chicazo, y es que, con ese mote solía llamarme su madre.
Y aunque desde entonces volvía a dejármelo largo intermitentemente, siempre necesitaba de vez en cuando meter un buen tijeretazo, cosa que por cierto hice hará poco más de dos meses (y por cierto creo que ya para siempre) y es que debo pregonarlo a los cuatro vientos: "A mí me gusta el pelo corto".
Y viendo la foto de esta estilosísima muchacha de pecas un horrible día de nieve, con ventisca y todo, me dije, ha llegado la hora de hacer algo por tu pelo, vamos, un día de esos que te levantas de la cama y tras mirarte al espejo te ríes por no llorar. Así que nada más volver de hacer la entrega en el colegio, y congeladita perdida, con nieve hasta en las cejas, llamé a la peluquería y ahí tuvo inicio mi idílica historia con las tijeras. Y para mi sorpresa lo que empezó como un día de autoestima por los suelos, se transformó en un satisfactorio cambio de look y acabó semanas después materializado en una sesión de fotos para Edurne Senosiain, experiencia que por cierto no podré olvidar jamás, sobre todo por la gente tan maja y súper profesional con la que tuve oportunidad de tratar.
Por alguna razón que desconozco, siempre, y aún llevando el pelo largo he ido guardando fotos de cortes de pelo que me encantaban. Supongo que porque en el fondo sabía que tarde o temprano me lo acabaría cortando. Y aunque lo que llevo ahora no se parece mucho a la mayoría de las imágenes, me encantaría compartir algunas de las fotos que he ido recopilando por si queréis coger alguna idea.
Todavía me acuerdo de uno de esos arrebatos de tijeretazo a lo bestia, más o menos por segundo de carrera cuando Charlize Theron y su pelo corto y súper rubio acaparaban todas las revistas de moda, así que una que es muy lanzada no se lo pensó. Bajé a la peluquería toda contenta con el pelo dos palmos por debajo del hombro y le dije a la peluquera mostrándole una foto, "quiero ésto". Ni que decir tiene que abrió una boca del tamaño de Groenlandia y se le salían los ojos de las órbitas. Eso sí, después de preguntarme reiteradamente si estaba segura metía la tijera que daba gusto ver su cara de satisfacción.
Quién me iba a decir a mí que años después acabaría volviéndome una moderna, jajaja, lo confieso, después de esa primera visita a la peluquería ese día de nieve, entré en una espiral de cambios, cortes y mechas de la que ya no puedo salir, y francamente , estoy encantada, y es que como ya dije antes, con patillas, con flequillo, asimétrico o con tupé...pero que sea corto.
Buen comienzo de semana.
Noelia.
Y viendo la foto de esta estilosísima muchacha de pecas un horrible día de nieve, con ventisca y todo, me dije, ha llegado la hora de hacer algo por tu pelo, vamos, un día de esos que te levantas de la cama y tras mirarte al espejo te ríes por no llorar. Así que nada más volver de hacer la entrega en el colegio, y congeladita perdida, con nieve hasta en las cejas, llamé a la peluquería y ahí tuvo inicio mi idílica historia con las tijeras. Y para mi sorpresa lo que empezó como un día de autoestima por los suelos, se transformó en un satisfactorio cambio de look y acabó semanas después materializado en una sesión de fotos para Edurne Senosiain, experiencia que por cierto no podré olvidar jamás, sobre todo por la gente tan maja y súper profesional con la que tuve oportunidad de tratar.
Por alguna razón que desconozco, siempre, y aún llevando el pelo largo he ido guardando fotos de cortes de pelo que me encantaban. Supongo que porque en el fondo sabía que tarde o temprano me lo acabaría cortando. Y aunque lo que llevo ahora no se parece mucho a la mayoría de las imágenes, me encantaría compartir algunas de las fotos que he ido recopilando por si queréis coger alguna idea.
Todavía me acuerdo de uno de esos arrebatos de tijeretazo a lo bestia, más o menos por segundo de carrera cuando Charlize Theron y su pelo corto y súper rubio acaparaban todas las revistas de moda, así que una que es muy lanzada no se lo pensó. Bajé a la peluquería toda contenta con el pelo dos palmos por debajo del hombro y le dije a la peluquera mostrándole una foto, "quiero ésto". Ni que decir tiene que abrió una boca del tamaño de Groenlandia y se le salían los ojos de las órbitas. Eso sí, después de preguntarme reiteradamente si estaba segura metía la tijera que daba gusto ver su cara de satisfacción.
Quién me iba a decir a mí que años después acabaría volviéndome una moderna, jajaja, lo confieso, después de esa primera visita a la peluquería ese día de nieve, entré en una espiral de cambios, cortes y mechas de la que ya no puedo salir, y francamente , estoy encantada, y es que como ya dije antes, con patillas, con flequillo, asimétrico o con tupé...pero que sea corto.
Buen comienzo de semana.
Noelia.
Me encantan todos! Pero sobre todo la 2ª y la 3ª foto.
ResponderEliminarJusto ahora estaba pensando en coger hora en la pelu... me lo pienso a ver si me decido.
Muchas gracias Noelia!
Estás acabando con mi determinación de dejarme el pelo largo! Por segunda vez desde 7° de EGB el pelo me llega a los hombros (la primera fue porque me quedé sin peluquera), pero es que el pelo corto mola tanto!
ResponderEliminarNos falta la.foto de tu pelo noelia!!!
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